Por tal motivo el Obispado de Huelva concede Indulgencias plenarias, pudiendo obtenerlas todos los hermanos y devotos de la Santa Cruz de acuerdo con la concesión contenida en el Manual de Indulgencias al fiel cristiano que rece devotamente el rosario mariano en dicha capilla, tendiendo en cuenta que bastará el rezo de una cuarta parte del rosario, debiendo rezarse las cinco decenas seguidas. A la oración vocal habrá de añadirse la piadosa meditación de los misterios. En el rezo público, los misterios deberán anunciarse de acuerdo con la costumbre admitida en cada lugar.

Los legítimamente impedidos pueden obtener el don de la indulgencia plenaria si al menos por un tiempo, por ejemplo, un cuarto de hora, se dedican a la piadosa lectura y meditación de la Pasión y Muerte del Señor Jesucristo.

La indulgencia plenaria sólo puede lucrarse una vez al día. Para ello se requiere, además de la ejecución de la obra prescrita, la confesión sacramental, la comunión eucarística y la oración por las intenciones del Romano Pontífice y la exclusión de todo afecto a cualquier pecado, incluso el venial.

Qué son las Indulgencias?

La indulgencias son la remisión de los pecados, el perdón de de los mismos. La Justicia Divina exige pena, expiación y penitencia para remitir la pena. La purificación se puede llevar a cabo mediante los sufrimientos y buenas obras con las penas en el Purgatorio e Indulgencia.

No es lo mismo la confesión que la indulgencia. La confesión borra la culpa del pecado, es decir, la transgresión voluntaria en conciencia. Borra la actual condición de pecador y parte de la penitencia. La indulgencia, en cambio, es la supresión de la pena (castigo) temporal de los pecados. Su administración corresponde a la Iglesia según las condiciones establecidas en el Manual de Indulgencias.

Hay 2 tipo de indulgencias:

• Plenarias: borran todo resto de pecado dejando el alma dispuesta para entrar inmediatamente en el cielo.

• Parcial: borran parte de la pena.